A finales de abril, 126 premios Nobel publicaron una declaración muy importante sobre los problemas críticos a los que se enfrenta la humanidad.
Esta declaración se inspiró en los debates de la Cumbre de los Premios Nobel de 2021 y fue emitida por el Comité Directivo y firmada por los Premios Nobel y expertos. Esta declaración se titula Nuestro planeta, nuestro futuro: un llamamiento a la acción (OPOF-CA). Aunque esta declaración hace varias observaciones muy importantes, es realmente sorprendente y lamentable encontrar que hace algunas omisiones de importancia crítica y algunos temas fundamentales para resolver las crisis actuales son más o menos dejados fuera de la declaración. Por lo tanto, aunque esta declaración merece gran atención por sus varias observaciones importantes y profundas, también merece atención por las flagrantes omisiones que se han hecho. Por ejemplo, en relación a la eliminación completa de las armas nucleares (y, de hecho, de todas las armas de destrucción masiva) apenas se menciona en esta declaración.
Ahora, la humanidad se enfrenta a nuevos retos a una escala sin precedentes. La primera Cumbre de los Premios Nobel llega en medio de una pandemia mundial, en medio de una crisis de desigualdad, en medio de una crisis ecológica, en medio de una crisis climática y en medio de una crisis de la información. Estas crisis supranacionales están interrelacionadas y amenazan los enormes logros que hemos alcanzado en el progreso humano. Resulta especialmente preocupante que las partes del mundo que se prevé que experimenten muchos de los efectos negativos agravados de los cambios globales sean también el hogar de muchas de las comunidades más pobres del mundo y de los pueblos indígenas. La cumbre también se celebra en medio de unas tasas de urbanización sin precedentes y en la cúspide de la disrupción tecnológica derivada de la digitalización, la inteligencia artificial, la detección ubicua y la biotecnología y nanotecnología, que pueden transformar todos los aspectos de nuestras vidas en las próximas décadas.
A esta observación le sigue una cita muy apropiada de un Premio Nobel, «Nunca hemos tenido que lidiar con problemas de la escala a la que se enfrenta la sociedad globalmente interconectada de hoy. Nadie sabe con certeza lo que va a funcionar, por lo que es importante construir un sistema que pueda evolucionar y adaptarse rápidamente«. Elinor Ostrom (Premio Nobel 2009)
Además, la declaración de la OPOF-CA añade que la cumbre se ha convocado para promover una transformación hacia la sostenibilidad global para la prosperidad y la equidad humanas. El tiempo es el recurso natural más escaso. La próxima década es crucial: Las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero deben reducirse a la mitad y la destrucción de la naturaleza debe detenerse e invertirse. Una base esencial para esta transformación es abordar las desigualdades desestabilizadoras en el mundo. Sin una acción transformadora en esta década, la humanidad está asumiendo riesgos colosales con nuestro futuro común. Las sociedades se arriesgan a sufrir cambios irreversibles a gran escala en la biosfera de la Tierra y en nuestras vidas como parte de ella.
En apoyo de estas afirmaciones, esta declaración cita una frase profética de un científico muy visionario
«Es esencial un nuevo tipo de pensamiento si la humanidad quiere sobrevivir y avanzar hacia niveles superiores». Albert Einstein (Premio Nobel 1921)
Esta importante afirmación añade que debemos reinventar nuestra relación con el planeta Tierra. El futuro de toda la vida en este planeta, incluidos los seres humanos y nuestras sociedades, requiere que nos convirtamos en administradores eficaces de los bienes comunes globales: el clima, el hielo, la tierra, el océano, el agua dulce, los bosques, los suelos y la rica diversidad de la vida que regulan el estado del planeta y se combinan para crear un sistema único y armonioso de apoyo a la vida. Existe ahora una necesidad existencial de construir economías y sociedades que apoyen la armonía del sistema de la Tierra en lugar de perturbarla.
Los geólogos llaman a los últimos 12.000 años la época del Holoceno. Una característica notable de este período ha sido la relativa estabilidad del sistema terrestre. Pero la estabilidad del Holoceno ha quedado atrás. Las sociedades humanas son ahora el principal motor del cambio en la esfera viva de la Tierra: la biosfera. El destino de la biosfera y de las sociedades humanas integradas en ella está ahora profundamente entrelazado y evoluciona conjuntamente. La Tierra ha entrado en una nueva época geológica, el Antropoceno. Las pruebas apuntan a la década de 1950 como el inicio del Antropoceno, hace una sola vida humana. La época del Antropoceno se caracteriza más bien por la velocidad, la escala y la conmoción a nivel mundial.
Por primera vez en nuestra existencia, nuestras acciones están desestabilizando partes críticas del sistema terrestre que determinan el estado del planeta. Desde hace 3 millones de años, el aumento de la temperatura media mundial no ha superado los 2°C de calentamiento global, y sin embargo eso es lo que se vislumbra en este siglo. Estamos en un camino que nos ha llevado a un calentamiento de 1,2ºC hasta ahora, la temperatura más cálida de la Tierra desde que salimos de la última edad de hielo hace unos 20.000 años, y que nos llevará a un calentamiento de más de 3ºC en 80 años.
Las sociedades más justas e igualitarias tienden a obtener puntuaciones altas en los indicadores de bienestar y felicidad. La reducción de la desigualdad aumenta el capital social. El futuro de la humanidad depende de la capacidad de tomar decisiones colectivas a largo plazo. Nuestro futuro aún está en nuestras manos, pero no por mucho tiempo.