Los Juegos Olímpicos de Tokio necesitarán un rescate público de alrededor de 800 millones de dólares (1.040 millones de dólares) si los Juegos se celebran a puerta cerrada, y es que los organizadores están retrasando la decisión sobre los espectadores nacionales hasta el último momento posible.
Los presupuestos recientes muestran que los organizadores de Tokio 2020 todavía están asumiendo estadios llenos. Habiendo gastado ya los miles de millones de yenes recaudados con la venta de entradas, un nuevo subsidio por parte de los contribuyentes sería la única forma de financiar los reembolsos, según un análisis del Financial Times de las cuentas del comité organizador.
Con el gobierno de Japón decidido a seguir adelante y celebrar los Juegos a partir del 23 de julio, la decisión de permitir o no la entrada de los aficionados locales a los estadios se ha convertido en una de las mayores controversias que rodean a los Juegos Olímpicos.
En su intervención en la cumbre del G7 celebrada en Cornualles esta semana, el Primer Ministro Yoshihide Suga señaló que Japón estaba decidido a permitir la entrada de espectadores si podía.
«Teniendo en cuenta el nivel de infecciones por COVID-19, decidiremos [el aforo] de acuerdo con el número permitido en otros eventos deportivos», dijo.
Si se prohíbe total o parcialmente la entrada a los espectadores, la ciudad de Tokio tendrá que reembolsarles las entradas después de haber acordado sufragar el coste de la organización de los juegos retrasados.
De los 668.000 millones de yenes (7.900 millones de dólares) de ingresos que el comité organizador ha presupuestado para este año, 90.000 millones de yenes deben proceder de la venta de entradas, lo que supone aproximadamente la mitad de los ingresos comerciales de Tokio 2020. El resto procede de la financiación pública.
Un balance publicado por Tokio 2020 la semana pasada mostraba un pasivo de 118.300 millones de yenes por pagos anticipados recibidos. La mayor parte representaba los ingresos por entradas del público japonés, que entregó su dinero hace casi dos años.
Los médicos y los expertos en salud pública han aconsejado a Japón que celebre los Juegos Olímpicos sin espectadores para evitar la propagación del COVID-19, pero los organizadores y los patrocinadores están desesperados por mantener al menos a algunos aficionados para rentabilizar su inversión.
Shigeru Omi, principal asesor médico del gobierno sobre la pandemia, ha instado a Japón a evitar un «ambiente festivo» en los Juegos. Los aficionados que celebran y beben llevarían al tipo de socialización de alto riesgo que propaga la enfermedad, advirtió.
«Si se va a celebrar, la única opción es no tener espectadores», dijo Haruo Ozaki, presidente de la Asociación Médica de Tokio, en una reciente conferencia de prensa.
Tokio sigue informando de entre 300 y 400 casos de COVID-19 cada día y debe permanecer en estado de emergencia hasta el 20 de junio. Los organizadores de los Juegos Olímpicos han retrasado la decisión sobre los espectadores hasta finales de junio, con la esperanza de que la situación del virus haya mejorado.
Los patrocinadores están ansiosos por tener espectadores, ya que regalaron entradas para algunos de los momentos más importantes de los Juegos en las competiciones y otros eventos de marketing.
«Un gran problema para los patrocinadores es si pueden permitir que asistan los ganadores de las campañas de consumo que empezaron a realizar antes de los juegos el año pasado», dijo un ejecutivo de marketing que está asesorando a varios patrocinadores de Tokio 2020 sobre cómo gestionar los Juegos.
«La mayoría de los patrocinadores ya se han beneficiado mucho de las campañas de venta de entradas. Si estas entradas se cancelan, van a tener que enfrentarse a una gran reacción».